SOMOS



Cristianos.
Sólo eso.
Llamados por el Maestro a seguirle.
Desde distintas comunidades cristianas.
Son Iglesias hermanas.
Separadas por lo accesorio.
Y unidas en el centro, como radios de rueda confluyentes.
Unidas en Jesús, el Cristo.
Con la voluntad y la necesidad de encontrarnos en El.
Porque creemos que la gloria del Padre es que sus hijos estén unidos.
Sabemos que sólo El tiene el poder de juntarnos olvidando lo que nos separa.
En Taizé ha sido posible. Aquí, ¿por qué no?

Quienes se apunten a este camino,
quienes queráis regar esta semilla
...pasad y sentaos.




lunes, 26 de diciembre de 2011

¡Feliz Navidad!

Nos juntamos justo el día antes de la Noche Buena, como preparando su llegada, en una oración que Sarai nos preparó con cariño, y en la que hicimos silencio y abrimos nuestras manos y nuestro corazón al Padre.


Leímos dos lecturas: un fragmento de la creación del Génesis y el comienzo de Juan (“En el principio ya existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios. (...) En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”).

Y me vino a la memoria el cuadro de la creación de Miguel Ángel y el dedo de Dios dando vida al hombre. Y también me acordaba del relato de la creación en el que Dios insufla su propio aliento para dar vida al primer hombre. Por eso estamos llenos de la misma vida de Dios.

Esto es Navidad: Dios que nos da lo mejor suyo, se da a sí mismo, nos da a su hijo, para volver a soplar su aliento de vida en nosotros.

Y descubrimos que nuestro corazón está habitado con una presencia. Y que por encima del sentimiento de abandono de tantos que nos decepcionaron con su amor aparente, hay un Amor que no defrauda, que puede llenar nuestra soledad y hacernos vivir con la seguridad de que alguien nos quiere como somos y de verdad.

Jung dice: “No somos más que el establo donde Dios nace. Espiritualmente somos tan sucios como un establo. Nada tenemos presentable al Señor, pero precisamente él quiere habitar en nuestra pobreza”.

El mensaje de Belén no se parece al que solemos vivir. Belén nos hace mirar hacia abajo, hacia lo pequeño y vulnerable, porque es ahí donde encontramos al Salvador. Nace al borde del camino sin sitio en ninguna posada, nace sin papeles (sin ciudadanía romana) y siendo perseguido huye con su familia y se refugia en otro país. ¿Nos suena la historia: un sin papeles emigrante? Extraño comienzo para “el rey de los judíos” si no fuese porque para nosotros es Emmanuel: Dios con nosotros, un Dios que comparte nuestra misma historia y sobre todo la suerte de quienes viven excluidos, en soledad, en la inseguridad o en el miedo. Me acuerdo de tantos inmigrantes con rostro y nombre, que viven en los márgenes de nuestro camino y que necesitan una buena noticia.

También nosotros necesitamos sentir su calor y su abrazo en nuestras noches y por eso le pedimos: Marana tha!

Quiero acabar con unas palabras preciosas que me regaló una amiga el otro día:

Piensa en lo más frágil y humilde de ti. Sé feliz porque Dios nace en lo que menos esperas, en lo imposible, en tu pesebre.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Adviento

Dejo aquí un montaje original sobre el adviento. Aconsejo ampliarlo en la parte inferior para poder ver los textos pequeños.

http://www.photosnack.com/slideshows/7d2b26787a6cae6b373d8639a2003018

sábado, 26 de noviembre de 2011

¿Nada me falta?

"El Señor es mi pastor, nada me falta.
El me hace descansar en verdes pastos,
me guía a arroyos de aguas tranquilas,
me da nuevas fuerzas...
Aunque pase por el más oscuro de los valles,

no temeré peligro alguno,
porque tú Señor estás conmigo,
tu vara y tu bastón me inspiran confianza..."


Eso es lo que rezábamos ayer un nutrido grupo de personas que nos juntábamos en torno a Jesús. Nos visitó un grupo de la comunidad Adsis, un grupo de confirmación con su animador y alguna otra persona que había oído de estos encuentros.  Por encima de diferencias de espiritualidad o de formas distintas de oración, El nos convocó esa noche al calor de su Palabra y de su Amor.
Algunos agradecieron el no cantar y escuchar los cantos de Taizé que nos transportaron a aquella colina francesa y nos ayudaron a meternos en el momento.

   Supongo que aquel que lea esto esperará en este punto que yo me sume a esa confianza que rezuma la lectura y que ayer muchos apoyaban con su oración. Pues, aunque suene extraño, a veces me es difícil. Y alguno se preguntará por el motivo, ya que fui precisamente yo el que preparó la oración y elegió las lecturas de ayer.   
A ver si puedo explicarme.
   Cuando miro a la cruz a veces sólo veo el silencio de Dios. Es verdad que luego Dios resucita a Jesús pero cuando sólo se vive la muerte y la resurrección no llega, es difícil la confianza. Lo es también en Getsemaní, cuando sólo hay noche y miedo.
Es difícil sentir que con el Señor nada me falta si casi siempre caminas por "el más oscuro de los valles".
   Tengo una amiga a la que se le murió su hijo pequeño y, después del tiempo, todavía no tiene fuerzas para seguir caminando. Y un día me decía que Dios le ha abandonado y que ya no quiere volver a hablar con él.
   Conozco a un amigo que tiene una artritis crónica, duerme mal por las noches porque le duele mucho la espalda, se levanta muy cansado por las mañanas y tiene que juntar fuerzas para poder ir a trabajar. Y en el trabajo y en casa lo pasa mal porque le duelen mucho las manos y no puede hacer cosas básicas a pesar de los antinflamatorios. Vivir con dolor todos los días es difícil para cualquiera, y así cuesta rezar lo de "El Señor es mi pastor, nada me falta".
   Me siento cada martes con gente que llega a Cáritas con lágrimas en los ojos porque no tiene trabajo desde que llegó a España, no puede pagar el alquiler y le han amenazado con echarle del piso, no tiene dinero ni para el autobús ni para dar de comer a sus hijos que viven con ella y a los que mira con angustia en sus ojos porque no sabe qué va a pasar. A ellos, hablarles de que con el Señor nada te falta, no les sirve si  tienen que dormir en la calle o pedir en las puertas de las iglesias.
   A lo que voy es a que, es fácil rezar cuando las cosas van bien o sólo mal a ratos, y supongo que también puede costar entender todas estas reflexiones. Pero es difícil confiar si nada cambia, si tu situación no te deja ser feliz, si no parece haber esperanza. ¿Cómo tener la mirada puesta sólo en Jesús cuando el agua está entrando en la barca y no paras de achicarla y tu barca parece que se hunde? (Mt 14, 22-36)
   Es en definitiva el problema de la confianza en el sufrimiento. Y sé que es una cuestión de fe y que sólo podemos decir como el padre del endemoniado: "Creo, pero ayuda mi poca fe" (Mc 9, 24).

   Aun así, sin embargo, seguimos buscando su palabra en la noche, el ruido de su cayado, para ver si nos tranquiliza, y para tratar de sentir un gran abrazo de Alguien que sabemos que nos quiere con locura pero que no nos puede ahorrar la cruz, como tampoco se la ahorró a su hijo Jesús. Y por eso seguimos dirigiéndonos al Padre para tratar de recobrar nuevas fuerzas al escuchar: "No tengáis miedo...Yo estaré con vosotros."

domingo, 13 de noviembre de 2011

La unidad que Jesús quería

La Comunidad evangélica de Santutxu y la parroquia católica de Covadonga organizaron ayer una interesante jornada ecuménica en la que invitaron a hablar a un ponente de lujo: Joxe Arregi. Quien más o quien menos ha oído hablar de él por la triste historia que ha sufrido en sus carnes con la jerarquía gipuzkoana, historia que se viene repitiendo desde hace años con la censura a teólogos por pensar de forma distinta. Recuerda a los métodos ejercidos en épocas pasadas que quisiéramos olvidar.
Joxe intentó responder a la pregunta: "¿qué tipo de unidad querría Jesús?". Nos daba tres primeras claves: una iglesia terapéutica, una iglesia en la que se practique la comensalía y una iglesia fraterna. Y nos decía que el modelo de ecumenismo no debe ser el de la unión de las iglesias cristianas (uniformismo), sino el modelo del reconocimiento mutuo, con la unidad en la diversidad.
Y pensaba yo que tras el reconocimiento en el corazón de las iglesias hermanas hay un paso más que añadiría a este camino: el de la celebración conjunta. Debemos sentarnos juntos en torno a Jesús para orar, para alabarle, para darle gracias. La cotidianeidad será la propia de cada iglesia pero esto no excluye el que existan encuentros periódicos que nos hermanen. No sólo reconocernos y respetarnos en la diferencia pero en la distancia, en el refugio de mi comunidad o mi parroquia; sino acercarnos al otro para compartir mi fe con la suya, porque ambos estamos unidos por la misma fe en Jesús nuestro Salvador. Variarán nuestros ritos o nuestras formas, pero ¿es esto un obstáculo para no encontrarnos, para no rezar juntos al mismo Padre? ¿creeis que a El le importa el cómo o que sin embargo sólo sentirá una enorme alegría por ver cómo unos hijos que estaban alejados entre sí vuelven a encontrarse mirando a Jesús?
Estas experiencias ya existen en el grupo de Taizé y se empiezan a consolidar en Santutxu entre las iglesias que ayer nos convocaron.
Ese es el camino que tenemos que recorrer si queremos que la unidad sea algo real. Os animo a todos los que todavía no habéis dado ese primer paso, a que participéis en estos encuentros cristianos. Nosotros os ofrecemos los encuentros ecuménicos de Taizé de los viernes de fin de mes, a las 8, en la capilla del último piso de la iglesia de S.Francisco Javier de la calle Juan de Ajuriaguerra.
Tienes las puertas abiertas ¡Anímate!

lunes, 31 de octubre de 2011

Oración 28Octubre

Alto nivel en lo que nos preparó Eleder este mes, con fotocopias a color y preciosos textos. Lo tenéis en el archivo de oraciones. Repetimos Evangelio: Jesús y la samaritana en el pozo.

Por mi parte, saqué poco jugo a la oración a cuenta de la guitarra (mi reconocimiento a las Martas de la historia).
Es curioso: en Taizé los cantos tenían algo mágico para mí; me ayudaban y me metían en la oración; aquí, sin embargo, últimamente me estorban. Quizá es porque no son como un fondo de voces constante que te envuelve suavemente, como mantras que te hacen conectar con tu Dios. Aquí, puede que porque somos pocos, se me presentan como algo obligado a lo que hay que incorporarse, con letra muy conocida, y quizá con volumen algo elevado. En fin, son sensaciones. Igual el próximo día podemos probar otras fórmulas.

Me enfrento a un espacio en blanco para comentar el encuentro del viernes. Hoy no estoy inspirado y no puedo retrasar más esta página. Me gustaría tener el carisma de personas a las que tras leer, sientes como si hubieses respirado aire fresco y como si hubieses entendido por fin el evangelio como una buena noticia. Eso es lo que me sucede al leer a Dolores Aleixandre. Y como me acordaba de un texto en el que habla de la samaritana, pues lo voy a transcribir por si os ayuda lo mismo que a mí.

"La mujer llega al pozo ajena a lo que allí la espera y que nada, en la trivialidad de su vida cotidiana, hacía previsible: va por agua con el cántaro vacío para volverse con él lleno a su casa. No hay más expectativas, ni más planes, ni más deseos.
Pero lo imprevisible la está esperando junto aquel galileo sentado en el brocal del pozo que entabla conversación con ella sobre cosas banales, como para no asustarla: hablan de agua y de sed, de pozos y de viejas rencillas entre pueblos vecinos, cosas de todos los días. De pronto irrumpe el lenguaje de "las cosas de arriba": el don, un agua que se convierte en manantial vivo, la promesa de una sed calmada para siempre, un Dios en búsqueda, fuera de los espacios estrechos de templos o santuarios.
La mujer se defiende e intenta mantenerse en un nivel de trivial superficialidad, huyendo de la irrupción de lo de arriba en su vida. Pero al final de la escena el cántaro que era símbolo de la pequeña capacidad que está dispuesta a ofrecer, se queda olvidado junto al pozo, inútil ya a la hora de contener un agua viva.
Como en tantas otras ocasiones, el evangelio nos sitúa ante un Jesús imprevisible, capaz de vencer la estrechez de nuestras expectativas a la hora de recibirle. Los evangelistas se encargarán de poner de relieve esta presencia de los desmesurado e imprevisible que parece acompañar las actuaciones de Jesús, desbordando siempre lo que se esperaba de él: Ni los novios de Caná necesitaban tanto vino (Jn 26), ni los discípulos una pesca tan abundante que casi les revienta las redes (Lc 5,6); y para sostener las fuerzas de la gente que le había seguido al desierto bastaba un bocado de pan y pescado, no que sobraran doce cestos (Jn 6,13). El paralítico lo que quería era volver a andar, no esperaba volverse a casa libre de la carga de sus pecados, y Zaqueo, interesado solamente en ver el aspecto de Jesús, se le encontró metido en su casa y compartiendo su mesa (Lc 19); las mujeres sólo pretendían que alguien les descorriera la piedra del sepulcro para embalsamar un cadáver, pero se encontraron al Viviente saliéndoles al encuentro (Mt 28,1-10).
Siempre el mismo derroche por su parte, y siempre la misma resistencia por la nuestra a la hora de ser adentrados en lo imprevisible. Y eso ya desde que Sara se reía por lo bajo, escéptica y reticente ante una promesa que desbordaba por arriba sus previsiones. Invitados a la danza de lo imprevisible
Abandonad vuestra rigidez entre los brazos del Danzante, dejaos llevar por él más allá de vuestros calculados movimientos, nos diría la samaritana: no temáis la hondura de su pozo, ni el empuje irresistible del manantial que salta hasta la vida eterna. Olvidad vuestro pequeño cántaro, vuestro raquítico sistema de pesas y medidas.
Olvidaos de las pequeñas disputas en torno a montes y templos: ha llegado la hora de adorar en espíritu y en verdad y todos están llamados a hacerlo. No os quedéis únicamente en lo que ya sabéis de Jesús: recorred el proceso de intimidad al que también tenéis la dicha de estar invitados. Al principio yo no vi en él más que a un judío, pero él me fue conduciendo hasta descubrirle como Señor, Profeta, Mesías, como Aquel a quien siempre había estado esperando sin saberlo. Tened vosotros la osadía de nombrarle con nombres nuevos, con esos que no aparecerán nunca en los resecos manuales de vuestras estanterías.
Pero os lo aviso, estad prevenidos: él os puede estar esperando en cualquier lugar , en cualquier mediodía de vuestra vida cotidiana, precisamente cuando andabais enredados en pequeñas historias relacionales, en rencillas mutuas o en rancias ortodoxias en torno a rúbricas o privilegios. Si os detenéis a escucharle, estáis perdidos para siempre por que él al principio os pedirá algo sencillo: "dame de beber", "llama a tu marido"... , pero al final, volveréis a vuestra casa sin agua y sin cántaro, y con la sed, antes desconocida, de atraer hacia él a la ciudad entera. "


Decir algo después de esto es estropearlo. Pero como hoy voy de "prestao", terminaré con una canción de Glenda:

jueves, 6 de octubre de 2011

Curso 2011-2012

Reunidos el 30S una comisión de asiduos a los encuentros mensuales, repartimos fechas para preparar las oraciones:

28 de octubre→ Eleder
25 de noviembre→ Rubén
23 de diciembre→ Sarai
27 de enero→ Flora
24 de febrero→ María
30 de marzo→ Elena
Se dejan sin asignar las siguientes fechas (abril, mayo y junio) para dejar espacio a aquellos que se animen a lanzarse a la arena.

21 de abril→ "Encuentro de reconciliación. Taizè en Bilbao". Se propone esta jornada para divulgación de nuestro espacio de encuentro a todos los que quieran venir y ver lo que hacemos. Se insiste en que debe ser una jornada ecuménica como lo son nuestros encuentros, para lo cual se hará especial insistencia en que acudan múltiples confesiones.
Se concretará la idea más adelante.

Se tratan más temas como el de la música. Como Cinthia se ha marchado, sólo queda un guitarrista. Se pide colaboración de otras personas que sepan los cantos de Taizè para alternarse con Rubén, y así poder compartir responsabilidades que dispersan algo la mente de la oración. En ocasiones se podrá dejar que los cantos ya grabados se escuchen y se incorpore el que quiera a su repetición.

Se recalca la importancia de la tertulia espontánea tras la oración que aporta frescura, buen ambiente y fraternidad entre los asistentes, por lo que se pensará siempre en dejar un espacio para ella al preparar las oraciones. Se aprovechará entre otras cosas para que los nuevos se presenten y para avisos varios.

Este año el encuentro internacional de fin de año será en Berlín. Si alguien se anima que se ponga en contacto con María.

Así que, comenzamos curso!!, que el Señor nos acompañe hasta el final. El sigue construyendo con nuestras manos!!!

domingo, 21 de agosto de 2011

JMJ

Acaban hoy las jornadas mundiales de la juventud. Tengo mis dudas en torno a quién se han convocado, a la vista de las imágenes televisivas y de los testimonios escuchados: ¿Jesúcristo o Benedicto?

"No me importa el calor, las horas de espera...la tormenta de la noche, porque por el papa aguantamos todo", decía un joven.

Hemos visto a miles de jóvenes coreando a Benedicto, jóvenes de sectores conservadores católicos que siguen a un líder religioso que dirija sus pasos. La duda es si se venera al máximo representante de la iglesia católica cayendo en la papolatría o es Jesús el que de verdad nos convoca, nos mueve y es nuestro único Señor.

Hay otra iglesia cátólica distinta que no se siente convocada a este tipo de encuentros y que no se siente representada por la jerarquía actual, y tan Iglesia como la anterior. Otra Iglesia más horizontal que no retroalimenta el bucle que parece existir entre los movimientos conservadores y la jerarquía, simbiosis ésta que perpetúa el modelo clásico.

Cuando veía las imágenes no dejaba de acordarme de Taizè, porque allí también se mueven miles de jóvenes al año, pero de forma diferente. Lo que se vive en aquella colina francesa no se mueve por una persona; su espíritu es el hambre de todos aquellos que buscan la luz para sus noches y la fuente del agua que les quite de verdad la sed. Allí también acuden cristianos de todo signo, que siguen al Resucitado como único Señor.

Ha habido, entre lo poco que he seguido de las jornadas, detalles que yo leía como posibles signos o mensajes de nuestro Dios. El viento y la tormenta ha azotado con fuerza la vigilia del sábado, interrumpiendo la celebración y hasta volando el solideo papal. Yo quiero ver en eso el soplo del Espíritu del Resucitado, que quiere barrer el boato, la ostentación, la Iglesia basada en las normas, en la moral, en la ley, la Iglesia uniformista y piramidal, y limpiarla de todo lo superficial, para hacerla así más libre, más pobre, más ecuménica, más horizontal,...con el "aire" de Jesús.

Hasta las hostias se mojaron con la tormenta esa noche y muchos no pudieron comulgar, como diciéndonos que no le busquemos tanto en los sagrarios sino en las cunetas de los caminos, porque se ha encarnado en nuestra historia, se ha llovido en Jesús, y vive en los pesebres de nuestro mundo, y muere con los crucificados de entre nosotros, con los que El nos pide la verdadera comunión.

También se han visto valores que irradian esperanza en momentos actuales de pesimismo y desesperanza frente al futuro: la acogida gratuita en los hogares, la alegría sana y profunda, la fraternidad entre gente distinta...

Ahora queda volver al mundo y evitar el caer en el peligro del espiritualismo sin proyección social, riesgo que persigue a todo cristiano sea de la iglesia que sea. Discurso que no he oído apenas estos días.

Ojalá que todos encontremos al Resucitado en el camino de Jerusalén a Jericó, donde nos jugamos el Evangelio y el Reino.

viernes, 1 de julio de 2011

Caminantes

Era el último encuentro del curso. Aquel día no podía tirar de mi cuerpo, así que me lo perdí, pero estuve allí de corazón.
Jesús (the anglican) nos preparó y nos mandó la oración por email, ya que él no pudo estar. Tema: el camino. Entre los textos, oraciones de Patxi Loidi y Emaús (ver archivo de oraciones).

En el camino a veces nos sentimos cansados. O tristes.O desesperanzados. Porque, como a los discípulos de Emaús, se nos ha ido el Maestro, no le sentimos cerca, hemos perdido su presencia que nos sostenía y nos hacía confiar sin miedo.
Caminar así es difícil, sobre todo si te sientes solo. ¡Qué importante es tener hermanos que caminen contigo y te apoyen cuando fallan tus fuerzas o se hace la noche por dentro!
Y si los hermanos te fallan...

En esos tiempos de caminar a oscuras, sé que es necesario aprender a descubrirle a El, que sale a nuestro encuentro cada día con un rostro distinto, en forma de caminante, o de retazo de pura vida, o de presencia en lo pequeño, y que nos relee la vida desde otra mirada.

Le pedimos cada día que se quede con nosotros, que ya está oscureciendo y que le necesitamos.
Y creo que El nos responde que le busquemos en los caminos de Galilea antes que en los templos, en Jericó antes que en Jerusalén.
Y que existe una receta segura para recuperar su presencia: compartir el pan, para rescatar a aquellos que se quedaron en los márgenes del camino; partirse como pan para que otros sigan caminando; ser esperanza para los que tiraron la toalla,…Porque probablemente así recuperemos la Vida y el Amor que creíamos haber perdido y que un día llenó nuestras vidas.

¡FELIZ VERANO A TODOS!

domingo, 29 de mayo de 2011

Encuentro con Jesús

Un viernes más, un pequeño grupo, fue llamado a encontrarse con Jesús. Como Zaqueo, y como María, personas del Evangelio que Elena nos recordó en la preciosa oración que preparó.

Y esa tarde, Jesús también pronunció cada uno de nuestros nombres. Esa tarde, a la luz de aquellas velas, El nos susurró: Tú nombre está escrito en la palma de mi mano. Tú eres precioso a mis ojos.


Necesitamos que El pronuncie nuestro nombre, necesitamos oirlo de sus labios porque sentimos que, cuando lo hace, nos arde el corazón. Y su amor nos recorre por dentro como un río de vida que nos restaura, nos saca de la noche y nos devuelve la fuerza que habíamos perdido.

Necesitamos que El entre en nuestras vidas, como en la de la samaritana, la de Bartimeo, la de Zaqueo, la de María Magdalena...y El nos dé esa Luz y esa Vida que nos faltaba.

Pienso en nuestras iglesias cristianas, llenas de liturgias y ritos vacíos que no consiguen que lleguemos al encuentro con Jesús. Necesitamos renovar nuestras celebraciones fosilizadas, encorsetadas, y hacerlas participativas, y conseguir que en ellas nos podamos encontrar cada uno con el resucitado. Tenemos que cambiar de una vez el lenguaje arcaico de nuestras liturgias y actualizarlo con el tiempo que vivimos, para que sea de verdad vehículo vivo de expresión de experiencias vitales. Y debemos olvidarnos de seguir tanta norma y canon que aprisiona el Espíritu, porque lo de verdad importante es sentirle dentro cada domingo y salir con otro brillo en la mirada y con aire fresco que nos ayude a vivir como El vivió.
Algunos están preocupados porque se vacían las iglesias, y que apenas atraen a jóvenes. Pero sé que las iglesias sólo recuperarán cristianos si son lugar de encuentro con Jesús, si saben ofrecer un tesoro y una perla escondida, si crean espacios y momentos donde hagan palpitar con fuerza nuestro corazón con el Espíritu de Jesús.

Eso queremos vivir cada viernes en este espacio de encuentro ecuménico, donde la espontaneidad, la frescura y la sencillez es la norma, y donde lo importante es sentarnos todos los hermanos cristianos en torno al Maestro, aquél que nos llamó un día por nuestro nombre y cambió para siempre nuestras vidas.

domingo, 1 de mayo de 2011

Fuente de Vida


Anteayer nos sentamos junto al pozo de Jacob. Era semana de Pascua y creíamos que estaríamos pocos pero no fue así. Jesús y Luz nos prepararon una cuidada oración.

Pues allí estuvimos un rato, en aquel pozo donde la samaritana se encontró a Jesús, y donde nosotros también queríamos verle, a ver qué nos decía. Primero presenciamos la escena y revivimos el diálogo de ambos y luego le pedimos juntos que nos diese de beber.

Pero démosle ahora la vuelta a nuestra oración habitual: dame de tu agua Jesús para que no tenga más sed. Y pensemos que Él nos pide antes de beber.
-Pero, ¿cómo nos va a pedir Él a nosotros agua?
Pues sí; sólo hace faltar recordar: “Tuve sed y me disteis de beber......¿Cuando lo hicimos contigo? Cuando lo hicisteis con alguno de estos, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 35-40).

Esta Pascua hemos estado en silencio ante la cruz, y en ella yo no podía dejar de ver a todos los crucificados de mi camino, a todos los que están clavados en esa cruz o ahogados por su peso. Hombres y mujeres sin nombre, sin presente ni futuro, sin esperanza. Gente excluida por la sociedad, apartada a los márgenes del camino. Gente que necesita saber que junto a su cruz hay Alguien.

Y ese Alguien tiene rostro de alguien (tú, yo...). Porque nosotros somos los brazos largos de Dios. Nosotros somos la escucha, la compañía, la caricia que el Padre quiere poner en sus hijos crucificados. Nosotros somos el agua que Jesús nos pide en los pozos de la historia, donde las samaritanas del mundo buscan Vida.



Jesús, hoy me había acercado al pozo para pedirte de tu agua, de la que necesito en mi desierto y en mis noches y, sin embargo, Tú eres quien me pides que te dé de beber. Quizá quieres decirnos que sólo podemos encontrar ese agua si antes repartimos la nuestra. Que sólo podemos encontrar la Vida que buscamos bajando de la cruz a los crucificados y haciéndonos presentes en los márgenes de los caminos porque ahí es seguro que te encontraremos.

domingo, 24 de abril de 2011

Pascua

Gracias a la invitación de dos viejas amigas he podido vivir esta Pascua con la comunidad Adsis, que nos acogieron a Toñi y a mí como a dos hermanos más.

Es difícil plasmar la cantidad de sentimientos que me han llenado estos días, pero ha sido una experiencia de encuentro con Jesús y con el Padre.

Encuentro en una mesa abierta y compartida, anticipo del Reino que Jesús nos enseña en sus comidas. Una mesa en la que, como dice Lucía Caram, la única condición para sentarse sea la de lavarnos los pies unos a otros. Y así lo recordamos el Jueves y ese recuerdo sabemos que es el principal legado que nos deja el Maestro.

Encuentro el Viernes con Jesús en la cruz y con nuestras cruces, que nos duelen, nos bloquean, nos hacen vivir con miedo. Y también encuentro con las cruces de los crucificados de nuestra sociedad, los que viven en los márgenes de los caminos, los que viven sin esperanza porque el peso de su cruz les aplasta.

Y encuentro en la vigilia pascual con Jesús resucitado en el fuego, el agua y la Palabra, que nos restauran y nos devuelven a la vida con un corazón distinto.

Lo celebrábamos en Artxanda y mientras el fuego de la hoguera iluminaba la noche, abajo en San Mamés otra religión tenía su culto en el famoso derby, y oíamos a sus fieles vitoreando. Y yo pensaba que bastaría que toda aquella gente, y la que seguía en sus casas ese encuentro, se uniese para gritar con la misma fuerza por la paz, o el 0.7, o contra la xenofobia, y así cambiar un poco nuestro mundo.

Comenzamos leyendo en la oscuridad testimonios de nuestras propias vidas, que identificaban nuestras noches y nuestras cruces. Y al encender la hoguera leímos otros retazos de historias de vida que cambiaban el signo de la noche en luz para nuestro camino.
Ese fuego nos atrapó la mirada durante un buen rato y también arrancó alguna lágrima, porque lo que allí se vivía tocaba nuestro corazón en lo más profundo. Queríamos quemar en el fuego nuestro hombre viejo, el que nos hacía vivir en la noche y en el miedo y a la vez le pedimos al Padre que el fuego de su amor nos quemase por dentro, y no se apagase, para que así pudiesemos vivir de verdad como resucitados.

domingo, 3 de abril de 2011

Mesa compartida

Fue una tarde de mesa y mantel, en la que no faltó el vino como en Canaan, pero que tampoco hubiera importado porque la alegría que se respiraba ya estaba en el corazón de los que se iban incorporando. Allí se respiraba la fiesta, se palpaba la fraternidad, pero no del mucho camino andado juntos sino del saberse hermanos en Jesús.
Allí estaba Jésús, quizá no le veíamos físicamente pero sabíamos que su Espíritu estaba entre nosotros, como en las comidas que él compartía, comidas que eran signo de lo que es central en su Reino.
Compartimos la cena y la vida y eso expresaba la fraternidad, suprimía barreras,y nos comprometía frente a una sociedad y a una iglesia dividida, en donde ya no hay católicos o protestantes, mujeres y hombres, libres y esclavos, pobres y ricos.
Y fuimos abriendo el corazón para compartir nuestra historia y nuestro presente, en una mesa en la que nos sentimos escuchados y queridos, como un regalo que aquella tarde nos hacía nuestro Dios.

Al final descubrimos que todos vamos caminando, por sendas propias, pero en el mismo camino, en Su camino, tras sus huellas. Algunos con las rodillas artrósicas de tanto subir y bajar, otros con principio de cataratas de tanto sol en el desierto, otros con sensación de vértigo porque hay saltos en la vida en los que nos tiemblan las piernas, otros intentando fijar la mirada sólo en El por encima de otros señores, otros a la búsqueda de hermanos con los que caminar....Vidas y sendas distintas detras del Maestro, pero unidos en El.

Y Jesús nos sigue diciendo: No os dejo solos, yo os daré hermanos para caminar, con los que compartir el pan y la Palabra...y la vida.

domingo, 27 de marzo de 2011

Marzo 2011

La puerta de abajo que se queda cerrada, la persona que prepara que no acaba de llegar, la ambientación que se nos resiste, la guitarra que nadie ha traído...Y esto, que en otro contexto hubiera sido una hecatombe, aquí nos lo tomamos con buen humor porque todos los detalles son necesarios pero no imprescindibles. Sabemos a qué hemos venido y quién nos ha convocado. Y el juntarnos en torno a Jesús es lo fundamental. Cada mes pienso que es un regalo.

Ana Belén nos dirige esta vez con aplomo y buen hacer.Creo que a todos nos ha encantado la primera lectura, sobre el valor de la Palabra. Es por eso que nosotros solemos poner a los pies de la cruz, junto a la luz, una biblia abierta, símbolo que no falta en las iglesias de nuestros hermanos evangélicos y anglicanos.

Creemos Padre que tu Palabra es luz para nuestro camino, es como lluvia del cielo, es agua viva que sacia nuestra sed y nos ayuda a caminar. En ella descubrimos tu rostro, tu mirada con-pasiva, tus manos de ternura. Sólo queremos darte gracias por tu Palabra esta tarde.

Nos visitaron Edu, Leire y Lisa, que habían oído hablar bien (!) de nosotros y se animaron a venir. Después de un camino común en Sanfe hace muchos años, vuelvo a encontrarme con Leire en una oración. ¿No es una bendición? ¿No es verdad que es El quien nos pone gente en el camino para hablarnos de alguna forma, o para regalarnos vida? Sé que caminamos juntos, a veces por sendas separadas, siguiendo al Maestro que una vez conocimos y que nos robó el corazón. Y descubrir a veces que en ese camino hay mucha gente más, con ritmos distintos, con dificultades distintas, con veredas personales,...me alegra porque sé que no estoy solo, que camino con otros y que podemos apoyarnos unos en otros para avanzar.

Y nos despedimos recordando las fechas siguientes de las oraciones:
-29 de abril, preparan Jesús y Luz.
-27 de mayo, prepara Elena
-24 de junio, prepara Jesús de Frutos
¡Que bien que Elena y Jesús se han animado a preparar las últimas oraciones! Estamos viviendo sin problemas lo que parece difícil para algunos. ¡Qué bendición podernos juntar cristianos evangélicos, anglicanos y católicos para encontrarnos en Jesús! Y nuestro Padre sigue sonriendo...

lunes, 21 de marzo de 2011

Desierto en cuaresma

Hay un desierto antes de cada pascua. No para cambiar sino para dejarse transformar. Cambia. Cambia. Cambia!!! Es el grito machacón y egoísta de algunos que sólo exigen y recriminan sin ayudar. Pero no es el grito de mi Padre. La voz de mi Padre es un susurro que sugiere, es una brisa fresca que te renueva por dentro, que te transforma, sin voluntarismos propios ni exigencias ajenas. Es como la mirada de ternura de Jesús con la adúltera, la pecadora del perfume, la viuda…que no exige sino que restaura. Y así, sin apenas esfuerzo, puedes empezar a cambiar.
En el desierto de cuaresma tienes que entrar necesariamente solo. Sin muletas de nadie. Y hacer silencio para descubrir la verdad y la mentira de tu vida. Desnudo. Sin máscaras, sin barnices, sin redes. Soledad. Silencio. Desnudo. Para descubrir cuáles son mis tentaciones hoy y cómo estoy respondiendo a ellas. No es para culpabilizarse una vez más. La cuaresma no es para deprimirse por no llegar a superar nunca mis fallos. Porque a una cierta edad ni ésta ni mil cuaresmas más podrán cambiar ciertas cosas.
Entrar en el desierto es para descubrir en soledad una presencia que me habita, para oír a Alguien llamarme por mi nombre, y sentir dentro el amor de quien me quiere como soy. El Amigo que nunca falla. Y sentir su abrazo cuando sale a mi encuentro como hijo pródigo. Y llorar de alegría porque no quiere que le dé explicaciones, sólo quiere abrazarme y decirme que está conmigo en todos mis desiertos, en mis luchas, en mis noches y en mi dolor. Y que no vuelva a tener miedo porque puedo fiarme de su promesa.

viernes, 25 de febrero de 2011

Febrero

Último viernes de mes. Caras conocidas y caras nuevas. Todos convocados por Aquél que nos reúne junto a él, por encima de iglesias, jerarquías y uniformismos. Hoy nos hemos juntado evangélicos y católicos y nos hemos sentido hermanos al poner la mirada juntos en Jesús.

Nos prepara Sarai la oración. Hemos leído parte de la historia de Juan Salvador Gaviota, que quería volar alto escuhando una voz interior que le animaba a no vivir esclavo en la orilla sino libre surcando el cielo, buscando siempre la luz. Y también hemos escuchado la Palabra en la que Jesús, como a Leví, nos invita a seguirle. El se sienta con publicanos y pecadores, los más despreciados de la sociedad judía, y nos invita también a nosotros a una mesa de inclusión, por encima de nuestros defectos, de nuestros abandonos de la casa del Padre, de nuestra falta de confianza en El.

Hemos compartido nuestras peticiones y nuestra oración de gracias. Y nos hemos dado las manos para decir juntos: "Padre nuestro".

Al terminar una presentación de cada uno, que quería ser breve, para conocer a los nuevos, y unos avisos varios. Qué pena que no se haya prolongado esta vez la cosa con ese diálogo posterior en pequeños corros, que ayuda mucho a la fraternidad. Había prisa por recibir una invitación a unas charlas en la parroquia de Sanfran y eso ha cortado un poco el rollito posterior. No pasa nada! Lo recuperaremos en las próximos encuentros para no perder las buenas costumbres!!

domingo, 30 de enero de 2011

Enero

Fraternidad era lo que se respiraba esa tarde en una pequeña capilla de Bilbao, en la que se llenaron todos los bancos. Asiduos, caras nuevas, todos con una sonrisa, todos llamados a ese encuentro por Alguien que acompaña nuestras vidas y que nos convoca a distintos cristianos a sentarnos en torno a El.
 
Tuvimos un invitado especial, Alberto, presbítero anglicano de Bizkaia, que nos visitó, y al cual agradecemos su presencia en este espacio que quiere ser un punto de unión eficaz entre hermanos cristianos. Ojalá contemos con la asistencia de más miembros de la comunidad anglicana y evangélica en el futuro.

Cinthia nos preparó la oración con el tema "unidos en la diversidad", y leímos el texto de Hechos de la primera comunidad cristiana. Y es que algo de aquello estaba sucediendo allí. "Tenían una sola alma y solo corazón".

Al final de la oración avisos varios. Una charla sobre violencia doméstica que imparte Lidia, licenciada en teología, profesora en la universidad de teología de Deusto y presbítera de la comunidad evangélica de Santutxu, y una manifestación por la paz que organiza gesto por la paz por el fin de la violencia en este país, ambas el sábado 29 de enero.

Felix nos habló después de la experiencia en Rotterdam esta Navidad en el encuentro europeo de Taizè, y la verdad, nos dió mucha envidia. Animamos a todos los que puedan a vivir una experiencia así a fin de año o en la comunidad de Taizè de la Borgoña francesa. Es algo que nunca se olvida y que aseguramos cambia el corazón.

Gracias Padre por este espacio de encuentro que nos has puesto en el camino y que consigue que nos sentemos un rato contigo, nos une a cristianos hermanos en Ti y ensancha nuestros corazones para que Tú cada día ocupes más sitio en ellos.

jueves, 20 de enero de 2011

Encuentro ecuménico en Santutxu

ENCUENTRO ECUMENICO EN SANTUTXU


Fin de semana histórico. Dos comunidades vecinas, católica y evangélica, separadas por poco más de 30 metros en línea recta, comienzan una nueva relación entre ellas de fraternidad. Después de contactos ocasionales a lo largo de la historia, se encuentran primero en una mesa redonda y después en una oración.
El viernes en la mesa se habla de lo que entendemos por ecumenismo y lo que esperamos del futuro, con gran participación de ambas comunidades. Y el sábado se han juntado en torno a Jesús, su centro común, para darle gracias por este encuentro de hermanos cristianos.
Fuimos invitados los del grupo de oración ecuménica de Taizè. Flora y Juan participaron en la mesa redonda y Rubén y Elena en la oración. Y nos acompañaron Eleder, María y Ana Belén.
Fin de semana histórico, como decía, porque ha nacido una de las pocas experiencias ecuménicas de nuestra villa, a la que deseamos lo mejor y a la que animamos en su futuro camino. Ojalá se tome ejemplo de estos encuentros fraternos que ya funcionan en la práctica porque de los diálogos institucionales poco eficaces y de las ceremonias efectistas y obligadas, poco podemos esperar.
Adjunto un hiperenlace al video de la mesa redonda. http://santutxubegonazpi.blogspot.com/2011/01/ecumenismo.html#more