SOMOS



Cristianos.
Sólo eso.
Llamados por el Maestro a seguirle.
Desde distintas comunidades cristianas.
Son Iglesias hermanas.
Separadas por lo accesorio.
Y unidas en el centro, como radios de rueda confluyentes.
Unidas en Jesús, el Cristo.
Con la voluntad y la necesidad de encontrarnos en El.
Porque creemos que la gloria del Padre es que sus hijos estén unidos.
Sabemos que sólo El tiene el poder de juntarnos olvidando lo que nos separa.
En Taizé ha sido posible. Aquí, ¿por qué no?

Quienes se apunten a este camino,
quienes queráis regar esta semilla
...pasad y sentaos.




domingo, 27 de marzo de 2011

Marzo 2011

La puerta de abajo que se queda cerrada, la persona que prepara que no acaba de llegar, la ambientación que se nos resiste, la guitarra que nadie ha traído...Y esto, que en otro contexto hubiera sido una hecatombe, aquí nos lo tomamos con buen humor porque todos los detalles son necesarios pero no imprescindibles. Sabemos a qué hemos venido y quién nos ha convocado. Y el juntarnos en torno a Jesús es lo fundamental. Cada mes pienso que es un regalo.

Ana Belén nos dirige esta vez con aplomo y buen hacer.Creo que a todos nos ha encantado la primera lectura, sobre el valor de la Palabra. Es por eso que nosotros solemos poner a los pies de la cruz, junto a la luz, una biblia abierta, símbolo que no falta en las iglesias de nuestros hermanos evangélicos y anglicanos.

Creemos Padre que tu Palabra es luz para nuestro camino, es como lluvia del cielo, es agua viva que sacia nuestra sed y nos ayuda a caminar. En ella descubrimos tu rostro, tu mirada con-pasiva, tus manos de ternura. Sólo queremos darte gracias por tu Palabra esta tarde.

Nos visitaron Edu, Leire y Lisa, que habían oído hablar bien (!) de nosotros y se animaron a venir. Después de un camino común en Sanfe hace muchos años, vuelvo a encontrarme con Leire en una oración. ¿No es una bendición? ¿No es verdad que es El quien nos pone gente en el camino para hablarnos de alguna forma, o para regalarnos vida? Sé que caminamos juntos, a veces por sendas separadas, siguiendo al Maestro que una vez conocimos y que nos robó el corazón. Y descubrir a veces que en ese camino hay mucha gente más, con ritmos distintos, con dificultades distintas, con veredas personales,...me alegra porque sé que no estoy solo, que camino con otros y que podemos apoyarnos unos en otros para avanzar.

Y nos despedimos recordando las fechas siguientes de las oraciones:
-29 de abril, preparan Jesús y Luz.
-27 de mayo, prepara Elena
-24 de junio, prepara Jesús de Frutos
¡Que bien que Elena y Jesús se han animado a preparar las últimas oraciones! Estamos viviendo sin problemas lo que parece difícil para algunos. ¡Qué bendición podernos juntar cristianos evangélicos, anglicanos y católicos para encontrarnos en Jesús! Y nuestro Padre sigue sonriendo...

lunes, 21 de marzo de 2011

Desierto en cuaresma

Hay un desierto antes de cada pascua. No para cambiar sino para dejarse transformar. Cambia. Cambia. Cambia!!! Es el grito machacón y egoísta de algunos que sólo exigen y recriminan sin ayudar. Pero no es el grito de mi Padre. La voz de mi Padre es un susurro que sugiere, es una brisa fresca que te renueva por dentro, que te transforma, sin voluntarismos propios ni exigencias ajenas. Es como la mirada de ternura de Jesús con la adúltera, la pecadora del perfume, la viuda…que no exige sino que restaura. Y así, sin apenas esfuerzo, puedes empezar a cambiar.
En el desierto de cuaresma tienes que entrar necesariamente solo. Sin muletas de nadie. Y hacer silencio para descubrir la verdad y la mentira de tu vida. Desnudo. Sin máscaras, sin barnices, sin redes. Soledad. Silencio. Desnudo. Para descubrir cuáles son mis tentaciones hoy y cómo estoy respondiendo a ellas. No es para culpabilizarse una vez más. La cuaresma no es para deprimirse por no llegar a superar nunca mis fallos. Porque a una cierta edad ni ésta ni mil cuaresmas más podrán cambiar ciertas cosas.
Entrar en el desierto es para descubrir en soledad una presencia que me habita, para oír a Alguien llamarme por mi nombre, y sentir dentro el amor de quien me quiere como soy. El Amigo que nunca falla. Y sentir su abrazo cuando sale a mi encuentro como hijo pródigo. Y llorar de alegría porque no quiere que le dé explicaciones, sólo quiere abrazarme y decirme que está conmigo en todos mis desiertos, en mis luchas, en mis noches y en mi dolor. Y que no vuelva a tener miedo porque puedo fiarme de su promesa.