SOMOS



Cristianos.
Sólo eso.
Llamados por el Maestro a seguirle.
Desde distintas comunidades cristianas.
Son Iglesias hermanas.
Separadas por lo accesorio.
Y unidas en el centro, como radios de rueda confluyentes.
Unidas en Jesús, el Cristo.
Con la voluntad y la necesidad de encontrarnos en El.
Porque creemos que la gloria del Padre es que sus hijos estén unidos.
Sabemos que sólo El tiene el poder de juntarnos olvidando lo que nos separa.
En Taizé ha sido posible. Aquí, ¿por qué no?

Quienes se apunten a este camino,
quienes queráis regar esta semilla
...pasad y sentaos.




miércoles, 30 de enero de 2019

Hombres de poca fe

Preparó Eleder la oración de enero del nuevo año. Y escogió el evangelio de Jesús y los apóstoles en la tormenta (Mt 8, 23-27).

Pues la verdad es que, poniéndose en el lugar de los apóstoles a mí su actitud me parece de lo más normal. Vas en una barca, empieza a levantarse tormenta, viento, olas cada vez más grandes, la barca se empieza a mover como un balancín, empieza a entrar agua por la borda....Y saben que otros días el Maestro ha hecho milagros asombrosos delante de ellos.........Yo no lo dudaría, le despierto y le pido que controle el asunto que tiene muy mala pinta.

A ver. La historia de los apóstoles es nuestra propia historia. A quién de nosotros no le tiemblan las piernas cuando espera el resultado de un escáner o de una biopsia, o cuando han cerrado mi empresa y llevo 3 meses sin pagar la hipoteca, o cuando no encuentro trabajo y me quito yo la comida para que coman mis hijos, o cuando me siento acosado y amenazado todos los días por mis compañeros de clase que me han cogido manía,......"Señor, sálvanos que perecemos"....Señor, ayúdame por favor.

También pienso que en esa barca había gente distinta, con su proceso personal, su camino distinto, zurrados o no por la vida y con una confianza en Jesús unos mayor y otros menor. Pero todos caminando juntos en esa primera comunidad con el Señor. Hoy es igual entre nosotros, los que estamos juntos en esa barca con el maestro....cada uno con su fé distinta, su camino distinto....pero nadie mayor que nadie. Unos con fes tan grandes que no tienen miedo porque su confianza en Dios es total....y otros que siguen a tientas a Jesús, navegando en cáscaras de nuez, con olas gigantes en fuertes marejadas, zarandeados una y otra vez por la vida, a los que les tiemblan mucho las piernas y, a veces, con confianza o no, le gritan...:  Señor, ten compasión de mí.

Y un secreto que me han revelado..........Dicen, que lo que puntúa al final de nuestra vida no es si confiamos mucho en Dios sino si supimos pararnos en nuestro camino para ayudar a otros a los que la barca se les hundió y flotaban a la deriva.

Cristo Jesús,  fuego que abrasa, que las tinieblas en mí no tengan voz.            Cristo Jesús disipa mis sombras y que en mí sólo hable tu amor.


martes, 1 de enero de 2019

Oración de Nochevieja en Madrid



Hoy acaba el encuentro europeo de Taizé. Madrid se ha llenado con 15.000 jóvenes venidos de muchos países, algunos de sitios muy lejanos.
Me pregunto en qué reside el poder de atracción que ejerce Taizé. Además de estos encuentros, en el pueblecito de la Borgoña francesa el número de jóvenes que se acoge cada semana ronda los 4000, o sea más de 200.000 al año.

Cuando estos días nos quedábamos tantos miles de personas en un silencio absoluto sobrecogedor en la oración común, me preguntaba qué estaría sintiendo cada persona allí reunida. Cuáles serían sus bloqueos, sus miedos, sus esperanzas....quiénes estarían en búsqueda, quienes necesitarían encontrar sentido a sus vidas, quiénes esperanza para un futuro negro.



En un mundo en el que la fe no está de moda y en el que se te puede poner una etiqueta por confesarla, miles de jóvenes recorren kilómetros en búsqueda de sentido, se juntan a otros para discernir y para orar...algunos sólo vislumbrando una luz, avanzando a tientas, en el inicio de una fe.

Estos encuentros, esta búsqueda en un mundo científico y tecnológico, con generaciones que viven un cambio de paradigma en tantos órdenes, es una pura bendición. Como lo es el carácter ecuménico real en Taizé donde los jóvenes no tienen prejuicios para compartir la fe con otros cristianos de cualquier confesión, a diferencia de muchos de sus pastores que en la práctica no creen ni fomentan la unidad local de los cristianos.

Gracias Taizé por ser luz para tanta gente y signo de esperanza cada Navidad!