SOMOS



Cristianos.
Sólo eso.
Llamados por el Maestro a seguirle.
Desde distintas comunidades cristianas.
Son Iglesias hermanas.
Separadas por lo accesorio.
Y unidas en el centro, como radios de rueda confluyentes.
Unidas en Jesús, el Cristo.
Con la voluntad y la necesidad de encontrarnos en El.
Porque creemos que la gloria del Padre es que sus hijos estén unidos.
Sabemos que sólo El tiene el poder de juntarnos olvidando lo que nos separa.
En Taizé ha sido posible. Aquí, ¿por qué no?

Quienes se apunten a este camino,
quienes queráis regar esta semilla
...pasad y sentaos.




viernes, 25 de enero de 2013

Unidad en el espíritu de Taizé

La Casa Loyola nos invitó a realizar nuestro encuentro mensual en Arrupe Etxea, como una más de las citas que tienen lugar allí por parte de distintas confesiones. Aceptamos sin pensarlo y la participación no pudo ser mejor. Tuvimos que coger sillas de otras salas, algunos tuvieron que sentarse en el suelo, se imprimieron el doble de las fotocopias hechas, y, en resumen, allí no cabía un alfiler.
Esto, de entrada, abruma un poco, porque esperábamos poca gente y teníamos la idea de hacer algo muy familiar, en un pequeño círculo, de forma tranquila. Pero aquello realmente sobrepasó toda expectativa.
Sin embargo, he de decir que salimos todos encantados. No sé si lo que se preparó era lo que la gente esperaba y, como en todos los eventos en los que te ves sobrepasado, las cosas fueron mejorables, porque sabemos que no llegaron las fotocopias y los asientos para todos, muchos no tenía visión alguna de la cruz, velas, iconos,...que querían centrar la oración, la iluminación,...en fin, cosas que hubieran sido distintas si el grupo hubiese sido más pequeño. Pero creo que todos nos fuimos de allí con un nuevo sueño en el corazón, porque comprobamos de nuevo que es posible que la semilla de la unidad de los cristianos crezca y se vaya consolidando con ayuda de todos.

Tuvimos una primera parte audiovisual con un video resumen de la realidad de Taizé, la comunidad ecuménica que allí vive y la figura del Hno. Roger. Una segunda parte de oración al estilo de Taizé. Y un pequeño diálogo al final con intercambio de opiniones.

Pero sabemos que todo eso es secundario, porque lo único importante es que allí estaba Jesús, uniendo nuestras identidades, las copas de los árboles de cada comunidad cristiana, hablándonos al corazón, escuchando nuestros deseos, fundiéndonos en una oración común. Esa tarde rezamos juntos el Padre Nuestro y El seguro que bendecía nuestra unión.

Termino con las palabras del Hermano Alois de Taizé que leímos esa tarde:
"No podemos transmitir el mensaje de Cristo alrededor nuestro si no estamos unidos. Cuando los cristianos están separados su mensaje se hace inaudible. La comunión entre nosotros, los cristianos, puede hacer que la Palabra de Dios hable a los hombres de hoy".

Os dejo con una pequeña canción: "Todos uno" de Ixcis.



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