Oramos, compartimos vida, en una hora que siempre nos llena y nos restaura.
Sigo echando de menos que el espacio que se reserva para oración compartida sea para eso, para compartir la oración que yo en primera persona estoy dirigiendo al padre. Expresar un sentimiento o una reflexión breve quizá tendría más cabida en el diálogo posterior.
Elena escogió el evangelio del nacimiento en la versión de Lucas. Siempre que lo leo no puedo dejar de pararme en los pastores. Esperaban una buena noticia que les liberara de su vida marginada, de su condición de ciudadanos de última fila, y el ángel les dice que la señal será un niño en pañales en un pesebre. ¿Pero qué me estás contando ángel mío? ¿Que lo que yo esperaba viene en forma de un niño (no considerado en la sociedad de la época) y en un pesebre de un establo?
Y aun así van corriendo a ver qué ha sucedido.
Es lo mismo en nuestras vidas. Esperamos una navidad más que nuestra vida cambie, que nuestra salud mejore de una vez, que encontremos la luz que necesitamos para caminar....pero un año más nada parece cambiar.
¿Y si esperamos algo equivocado, quizá a un Dios que haga milagros?
¿Y si las señales hoy están en lo pequeño, en lo sencillo, en lo más débil? ¿Y si la buena noticia es que Dios mismo está en cada ser humano alentando desde dentro, encarnándose en cada gesto de amor y de luz, compartiendo cada minuto de nuestro camino?
Descubrir la vida cada día, descubrir el amor de Dios y dejar que llene cada rincón....pueden ser los objetivos para el nuevo año.
Y que estos días encontremos en Belén al Padre-Madre Dios que sea luz para el 2018.
¡¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!!
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