Como siempre terminamos con una ronda de presentaciones que fue una maravilla, por lo espontáneo, por la sencillez de cada intervención sin protagonismos, porque cada viernes lo que comparte cada persona es distinto y aporta elementos nuevos.
Todos coincidimos en que es un privilegio poder disfrutar de estos encuentros por la magia que allí se crea, en la que tiene mucho peso el ambiente de la pequeña capilla en la que nos juntamos y el tamaño reducido del grupo.
María en el evangelio de hoy se pone en camino.
¿No será el adviento ponerse en camino? ¿no será olvidarse de uno mismo para ir a visitar, para ir a animar, escuchar, consolar a los que lo necesitan?
¿No será el adviento el salir de nuestros palacios, como los reyes magos, y caminar siguiendo una estrella que nos lleve a los pesebres de la historia donde el mismo Dios está encarnado en aquellos para los que la sociedad no tiene sitio?
¿No será la Navidad buscar al Dios que ya se nos ha regalado en nuestras vidas y hacerlo donde El ha querido que le encontremos (tuve hambre y me disteis de comer,...estuve desnudo y me vestisteis)?
Dichoso tú que has entendido la buena noticia de cada Noche Buena en la que Dios en Jesús nos regala su luz y su amor.
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