Cada viernes, cuando miro el grupo que nos juntamos, siento que es una bendición que un grupo con gente distinta en espiritualidad, en teología o en compromisos, se encuentre, y de forma fresca y espontánea, comparta su oración y en ocasiones parte de su vida.
Gracias Padre por éste y por tantos grupos que, al aire de Taizé, se juntan para alabarte.
A menudo charlo con una madre boliviana que conozco hace años. Y en nuestra primera oración del curso era su rostro, su sonrisa y sus ojos los que no podía dejar de ver. Cuando hablo con ella veo en sus ojos una mirada limpia. En sus palabras ves que para ella todo es bueno, nunca habla mal de nadie y todo lo que le pasa lo vive con una sonrisa. Es quechua, se casó jovencita, tiene varios hijos que están con su marido al otro lado del océano. Tuvo que despedirse de ellos con el corazón desgarrado y venir a miles de kilómetros a trabajar, a apuntarse a lo que fuera y mandar dinero para que sus hijos no lo pasen mal. Su hijo pequeño está enfermo y cada vez que recae, ella pierde por unos días su sonrisa porque no puede estar allí para abrazarlo. Sabe lo que es sufrir en silencio, ser humillada por jefes sinvergüenzas, y sobre todo sabe lo que es trabajar de sol a sol por cualquier dinero que le den.
Hoy al oír en el evangelio de las bienaventuranzas "dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios", le pedía al Padre una mirada como la de mi amiga boliviana y sobre todo una mirada como la de Jesús, sin juicios ni condenas, una mirada comprensiva y compasiva.
¿Cómo ver a Dios sin unos ojos limpios?
Danos Padre la mirada de Jesús.
P.D.: Os dejo un enlace al encuentro europeo de esta navidad en Valencia. La fecha límite de inscripción es el 1 de diciembre. http://www.taize.fr/es_rubrique2428.html
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