SOMOS



Cristianos.
Sólo eso.
Llamados por el Maestro a seguirle.
Desde distintas comunidades cristianas.
Son Iglesias hermanas.
Separadas por lo accesorio.
Y unidas en el centro, como radios de rueda confluyentes.
Unidas en Jesús, el Cristo.
Con la voluntad y la necesidad de encontrarnos en El.
Porque creemos que la gloria del Padre es que sus hijos estén unidos.
Sabemos que sólo El tiene el poder de juntarnos olvidando lo que nos separa.
En Taizé ha sido posible. Aquí, ¿por qué no?

Quienes se apunten a este camino,
quienes queráis regar esta semilla
...pasad y sentaos.




jueves, 13 de abril de 2017

Jueves Santo 2017

Abro los ojos,...Es Jueves Santo.... Día del amor fraterno..... Pienso: hoy se tercia querer más a los que tengo cerca..¡qué menos!....Reúno fuerzas para levantarme de la cama y me pongo en pie.... Llego a la cocina, abrazo a mi familia y me siento a desayunar.....Enciendo la radio y mientras revuelvo el café oigo una tertulia sobre la Semana Santa sevillana y los turistas....Termino, voy al baño, enciendo la radio y en otra cadena oigo una entrevista a las cofradías de Bilbao.......y pienso....¿seré yo el raro o por aquí no van los tiros estos días?

Después de los años he decidido respetar la fe de cada creyente y sus manifestaciones externas, por extrañas que parezcan. Pero no deja de rechinarme algo por dentro cuando veo ritos y expresiones que quizá sean básicamente religiosidad popular. Procesiones....saetas.....capirotes y cofrades.....pasos ....costaleros....penitentes. ¿qué hay detrás de todo esto? ¿qué traducción tiene en el seguimiento del Maestro?
Pero es aquí donde necesito ser respetuoso sabiendo que el Espíritu sopla donde quiere.

Para mí el Jueves Santo siempre hablará de uno de los signos más importante del evangelio para los cristianos: Jesús lavando los pies de los apóstoles. "Si yo, el Señor y Maestro, os he lavado los pies, también vosotros tenéis que lavaros los pies unos a otros".


Dice Lucía Caram que "sin servicio entre hermanos no existe la Iglesia ni la eucaristía". Por ahí sí creo que va la cosa. Al lavar los pies, oficio de esclavo, Jesús se muestra como el servidor; el objetivo de su vida era darse; había venido para servir y no ser servido y su plenitud humana llegaría con su entrega total.
Poco después de estos versículos aparece el mandamiento del amor, indisolublemente unido al gesto de lavar los pies. Así que creo que no debemos amar en abstracto; se ama como Jesús ("como yo os he amado") lavando los pies de los próximos, sirviendo, entregando la vida por amor.

El problema de los cristianos es que a menudo hemos sustituido la misión o el compromiso, por la alabanza, la adoración o la meditación, que suelen ser más fáciles. Pero si éstas no llevan a traducir nuestro amor a Dios en los hermanos, no valdrán de nada. Consagrar el pan en la eucaristía y comulgar después es sencillo si no nos exige nada. Pero Jesús nos recuerda que Él se parte como pan y derrama su sangre para que nosotros hagamos lo mismo, partiéndonos y dejando la vida por los demás. Ese creo yo que es el verdadero sentido del sacramento, que hoy se celebrará en tantas pascuas celebradas por los cristianos.

Os dejo con esta preciosa canción:

                                       

Y así llegamos al Viernes Santo...


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