SOMOS



Cristianos.
Sólo eso.
Llamados por el Maestro a seguirle.
Desde distintas comunidades cristianas.
Son Iglesias hermanas.
Separadas por lo accesorio.
Y unidas en el centro, como radios de rueda confluyentes.
Unidas en Jesús, el Cristo.
Con la voluntad y la necesidad de encontrarnos en El.
Porque creemos que la gloria del Padre es que sus hijos estén unidos.
Sabemos que sólo El tiene el poder de juntarnos olvidando lo que nos separa.
En Taizé ha sido posible. Aquí, ¿por qué no?

Quienes se apunten a este camino,
quienes queráis regar esta semilla
...pasad y sentaos.




lunes, 27 de febrero de 2017

En febrero guarda leña en tu leñero

Vamos terminando febrero y por lo del cambio climático ya tenemos los almendros florecidos.
Nosotros, florecidos o no, nos hemos vuelto a encontrar en esa capilla maravillosa en la que nos juntamos cada mes para oír susurros que nos dan vida para el camino.

Esta vez se estrenó Ander, que nos ofreció una oración bien hilada con textos preciosos, que primero escarbaron un poco dentro de nosotros para luego presentar nuestra petición.

Poco a poco, vamos aprendiendo a vivir sin interioridad...
No nos preocupa quedarnos sin luz para enfrentarnos a la vida...
Llenos de ruidos por dentro, ya no podemos escuchar su voz...

Ven, Señor Jesús. A nuestro mundo,
a poner paz en la guerra,
palabra en la confusión,
serenidad en tanta tormenta.

Ven, Señor, ven.
A poner luz en las grutas de dentro,
a ser agua viva donde la sed es más fuerte.
Hazte arrullo que aquiete nuestras incertidumbres,
grito que sacuda nuestra tibieza.

Ven, ven cada día. No te canses de venir,
a habitar nuestro barro, a avivar una hoguera
que ha de calentar la noche, disipar el frío,
congregando alrededor a una muchedumbre
hambrienta de encuentro y fiesta.

Ven, y si ves que no te esperamos,
que andamos despistados,
afanados en otras empresas,
insiste, grita más fuerte,
vence nuestra sordera.
Tú no desistes. Y vienes.

Una vez más. A sanar la tierra.


Dice Torres Queiruga que no está bien pedir porque el Padre ya sabe lo que necesitamos. Y que no podemos pedirle que venga porque Él nunca se ha ido.
Y sin embargo ¡lo necesitamos !...pedirle, alabarle, darle gracias, pedirle perdón....

Sabemos que Él lee nuestros corazones y ya sabe lo que queremos antes de pedírselo. Sabemos que no necesita nuestras alabanzas pero ¡cómo nos restaura en ocasiones un rato de adoración!
Sabemos que no necesitamos darle las gracias y que incluso rechina dárselas por cosas de las que otros más necesitados carecen, pero ¡cómo no ser agradecido por lo bueno de nuestras vidas! 

Por eso te hemos pedido:  Ven Señor a poner luz en las grutas de dentro. Ven a ser agua viva donde la sed es más fuerte. Ven a habitar nuestro barro, a avivar una hoguera que ha de calentar la noche y disipar el frío.

Aunque sabemos que estás siempre entre nosotros, esta tarde déjanos decirte.............¡VEN SEÑOR.......VEN CADA DÍA.........Y QUÉDATE CON NOSOTROS!



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