SOMOS



Cristianos.
Sólo eso.
Llamados por el Maestro a seguirle.
Desde distintas comunidades cristianas.
Son Iglesias hermanas.
Separadas por lo accesorio.
Y unidas en el centro, como radios de rueda confluyentes.
Unidas en Jesús, el Cristo.
Con la voluntad y la necesidad de encontrarnos en El.
Porque creemos que la gloria del Padre es que sus hijos estén unidos.
Sabemos que sólo El tiene el poder de juntarnos olvidando lo que nos separa.
En Taizé ha sido posible. Aquí, ¿por qué no?

Quienes se apunten a este camino,
quienes queráis regar esta semilla
...pasad y sentaos.




lunes, 30 de diciembre de 2013

Encuentro de Estrasburgo

Os dejo el enlace a la página de Taizé donde están los vídeos de las oraciones que han tenido estos días. Mañana a las 19 horas podéis ver la última en directo.

EL ENCUENTRO EN LINEA



Y os dejo también las meditaciones del Hermano Alois de cada noche tras la oración.

MEDITACIONES DEL HERMANO ALOIS


miércoles, 25 de diciembre de 2013

Encuentro de Diciembre y Navidad

Este mes nos han visitado un grupo de unos ocho chavales de confirmación con su monitora. Como alguien dijo tras la oración, siempre es un soplo de aire fresco la espontaneidad y la sencillez de los más jóvenes. Algunos amigos suyos habían ido a Taizé y querían saber y experimentar algo de aquello. Igual les atosigamos un poco esa tarde queriéndoles animar con nuestras palabras. Nunca sabes cómo acertar.
A veces me planteo si las catequesis y las liturgias de los cristianos no están llenas y llenas de palabras. Deberíamos insistir sobre todo en experiencias, vivencias que expresen los valores o mensajes que se pierden entre tanta palabra. Quizá lo más importante sea "ven y verás". Ve a Taizé y juzga tú mismo.
¿Os acordáis de cómo os enganchó Jesús? ¿A que en la mayoría de los casos fue un momento fuerte que tuvisteis, una experiencia fundante que os cambió por dentro?
Mis experiencias más fuertes que me llevaron al seguimiento a Jesús las tuve en convivencias de confirmación o de grupos de referencia, o trabajando con los sin techo o en ratos de silencio al calor de una vela en los que escuchamos un susurro al oído que nos cambió el corazón.

En este Navidad queremos recuperar ese susurro, para no enfriarnos por dentro. Porque entre tanta tristeza, entre tanta gente sufriente y crucificada que nos rodea, entre tanta indignación por la injusticia de ricos que roban, de políticos sinvergüenzas, de la pérdida de nuestros derechos fundamentales o de nuestro trabajo, entre tanta pobreza que crece sin parar, a veces es difícil seguir rezando, confiar en Dios, o seguir esperando que algo puede cambiar. 

Y, sin embargo, ante esta realidad, se nos anuncia una Buena Noticia que puede llenar nuestro corazón y cambiar nuestras vidas: Que nos ha nacido Emmanuel, Dios con nosotros. Que Dios se nos convierte en Padre. Que Dios quiere vivir entre nosotros, ser uno de nosotros. Y para eso se nos da él mismo en Jesús.

Trato de centrarme para escribir este texto y es imposible. Está soplando un viento fuerte que ruge fuera, que hace estallar las ventanas y persianas y me asusta. Como si el Padre quisiera decirme las horas antes de la Noche Buena que este viento tiene que arrastrar nuestra tristeza por dentro, limpiar nuestros ojos de tanta ceguera y el corazón de tanto polvo que nos ha ido alejando de aquella alegría que sentimos cuando un día nos encontramos con los ojos de Jesús.
Hoy volvemos a toparnos con el tesoro escondido de un Dios que quiere nacer en un niño débil y vulnerable para que todos tengan sitio en Belén. En mi belén mi niño Jesús me lo ha dicho claramente porque este año ha salido de la caja con una pierna rota,


como diciéndome que quiere vivir nuestro sufrimiento con nosotros. En especial con los pequeños, los marginados, los excluidos por el sistema, los desfavorecidos por la vida, los que viven en los pesebres de la historia. Los que necesitan de verdad una buena noticia para sus vidas.
Pero también para los grandes, los favorecidos, los burgueses, los que no sienten necesidad de cambios porque ya lo tienen todo.
Cada uno sabe en qué grupo se encuentra pero sea como fuere Jesús nace para todos y por El, Dios vive en nosotros.
El se ha instalado ya en nuestro corazón. Ya no estamos solos. Por mal que vayan las cosas, por solo que te encuentres, por difícil que se presente la vida, Dios está contigo. No te ahorrará los problemas, no hará un milagro para evitar tu realidad, pero hoy Belén nos recuerda que, aunque los demás se hayan ido, El estará siempre ahí, contigo.






domingo, 15 de diciembre de 2013

IkeAdviento  (clik en el título)





martes, 10 de diciembre de 2013

Madiba, descansa en los brazos de Abba

Ha muerto uno de los mejores hombres de nuestro siglo.
Un hombre que dio su vida por la lucha contra la segregación racial.
Alguien que supo vivir el perdón para reconciliar a un pueblo entero.

Este es nuestro pequeño homenaje:






lunes, 9 de diciembre de 2013

¡Adviento!

Sí, ya sé que llego un poco tarde. Pero los últimos serán los primeros.
Os dejo este video introductorio. Otro día más cositas...


 




domingo, 1 de diciembre de 2013

Déjanos ver tu rostro

No hemos sido muchos este mes los que nos hemos juntado...pero eso no es importante. 
Con que sólo uno de los que acudan esa tarde encuentre luz en la oración, es suficiente.
Eleder nos prepara esta vez el encuentro con el Padre y nos explica que el mensaje que nos quiere transmitir es que Dios es amor y que eso es lo que alimenta su fe.
Para ello nos ofrece un precioso salmo, el evangelio de este domingo y un fragmento de la carta de Taizé  de 2012.
Reproduzco el salmo:

Señor del hombre y de la historia de los hombres,
que no me alcance el mal, que salga libre de la prueba;
sé tú mi refugio, el poder que actúa en mi debilidad,
y la fuerza que anima, paso a paso, mi flaqueza.

Tú me llevas en tus manos para que mi pié no tropiece;
tú guías mis pasos y haces llano mi sendero;
tú eres la luz que abre camino a mis noches:
contigo mi pobre corazón se mantiene entero.

Yo me abrazo a ti, señor, Dios mío: ¡Líbrame!
Tú conoces mi debilidad: ¡Ponme en tierra firme!
Permanece siempre a mi lado: ¡No me abandones!
Que tu salvación, Señor, sea fuerza que me anime.

A la sombra de tus alas, pongo mi vida, Señor.
Bajo la bondad y firmeza de tu ternura me cobijo.
Guárdame, defiéndeme, sé fuerte a mi lado,
que a pesar de todo, Señor, quiero ser siempre hijo tuyo.


Mientras unos caminan firmes en la fe, otros pasan por momentos oscuros. Son momentos en los que experimentas sólo tu debilidad, tu lejanía de la casa del Padre, tu sequedad interior, momentos en los que sólo queda rezar como en el salmo: Señor, sé tu mi refugio en mi debilidad, la fuerza que me anima, la luz de mis noches. ¡No me abandones! ¡Déjame ver tu rostro!

Pero es entonces cuando no podemos olvidar que el Padre nos quiere con locura, que cuando sólo vemos unas huellas en el camino es que El nos está llevando en brazos, que tiene su corazón lleno de nombres y uno de ellos es el nuestro.

Por eso seguimos buscándole. Creo que en épocas de desierto lo importante es no pararse y seguir caminando, aunque sea con paso cansado. Y seguir hambreando su rostro y su abrazo.
Y decirle como San Agustín:

Me llamaste, me gritaste e irrumpiste a través de mi sordera.
Brillaste, resplandeciste y acabaste con mi ceguera.
Te hiciste todo fragancia, y yo aspiré y suspiré por ti.

Te saboreé, y ahora tengo hambre y sed de ti.
Me tocaste, y ahora deseo tu abrazo ardientemente.




Os dejo con una versión moderna del salmo:


(La Agenda la tenéis actualizada)